La última cena

¿Sabías que “La última cena” de Leonardo da Vinci es un fracaso técnico?

La última cenaIl cenacolo” es una pintura mural original de Leonardo da Vinci ejecutada entre 1495 y 1498. Se encuentra en la pared del refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie en Milán, declarado Patrimonio del la Humanidad por la Unesco en 1980.

Es una enorme pintura de 4.60 metros de altura y 8.80 metros de ancho y fue realizada con témpera y óleo sobre una preparación de yeso en lugar de la técnica del fresco que era la comúnmente utilizada en la época. Muchos expertos e historiadores consideran La última cena como una de las mejores obras pictóricas del mundo.

Para la creación de esta obra única, Leonardo realizó una investigación exhaustiva creando una infinidad de bocetos preparatorios.

La última cena de Da Vinci fue un fracaso técnico?

Como puede verse en los dibujos preparatorios, Leonardo pensó inicialmente en la composición clásica, con Judas delante de la mesa y los otros once apóstoles enfrente y Jesucristo en el medio como uno más. Finalmente, Leonardo se apartó de esta tradición iconográfica e incluye a Judas entre los demás apóstoles, ya que eligió representar el momento posterior al anuncio de Jesucristo de que uno de los discípulos lo iba a traicionar. Leonardo cambió la posición de Jesucristo, que inicialmente estaba de perfil hablando con Juan Evangelista, y lo sitúa en el centro, hacia el que convergen todas las líneas de fuga, destacando aún más al perfilarse contra el ventanal del centro, rematado con un arco y separándolo de los apóstoles.

La mesa

La mesa con los trece personajes se enmarca en una arquitectura clásica representada con exactitud a través de la perspectiva lineal, concretamente central, de manera que parece ampliar el espacio del refectorio como si fuera un trampantojo salvo por la diferente altura del punto de vista y el monumental formato de las figuras. Ello se logra a través de la representación del pavimento, de la mesa, los tapices laterales, las tres ventanas del fondo o los casetones del techo. Esta construcción en perspectiva es lo más destacado del cuadro.

Gracias a la técnica inventada por él – temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido – pudo modificar a su antojo la obra alargándose en el tiempo para perfeccionar cada detalle; pero dicha técnica pronto se revelaría como un fracaso ya que empezó a desprenderse de la pared produciendo un rápido deterioro de la obra que tuvo que ser restaurada en múltiples ocasiones, siendo la primera en 1500. Leonardo, en lugar de usar la fiable técnica del fresco, que exigía una rapidez de ejecución impropia de él, había experimentado con diferentes agentes aglutinadores de la pintura, que fueron afectados por moho y se escamaron.

En 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisonómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor.

La pintura se ha mantenido como una de las obras de arte más reproducidas, con innumerables copias realizadas en todo tipo de medios, desde alfombras hasta camafeos. Ya en el siglo XVI empezó a ser reproducida por varios pintores, gracias a lo cual subsisten varias copias que testimonian cómo pudo ser en su estado original. Una de las copias más tempranas y conocidas, obra de Giampetrino, se conserva en la Royal Academy or Arts de Londres.

Como curiosidad, durante la primera guerra mundial, las tropas de Napoleón utilizaron la pared del refectorio para realizar prácticas de tiro y durante la segunda guerra mundial, en 1943, los bombardeos lograron arrancar el techo del antiguo comedor dominico dejando la pintura a la intemperie durante varios años.

Fuentes:

https://www.milan-museum.com/es/ultima-cena-leonardo.php

https://arquitecturaycristianismo.com/

https://es.wikipedia.org