Enrique Coperías, director de Muy Interesante, nos habla de Los Rostros Del Genio
Si en Muy Interesante decidiéramos hacer un especial sobre Leonardo da Vinci (1452-1519), nos pondríamos en contacto, sin duda alguna, con Christian Gálvez, apasionado especialista en el polímata florentino que ha sabido divulgar de forma fiable y entretenida la vida y obra de un genio universal que no deja impasible a nadie. En este sentido, la exposición “Leonardo da Vinci. Los rostros del genio”, de la que Gálvez es comisario, está concebida como un ambicioso intento por entender una de las personalidades más asombrosas de aquel tiempo, ya de por sí extraordinario, que fue el Renacimiento italiano. Una experiencia sensorial y didáctica pensada para todos los públicos.
El itinerario se inicia en la sede principal de la exhibición, el madrileño Palacio de las Alhajas, con una selección representativa de la faceta artística de Da Vinci junto con las semblanzas de las figuras de la época más ligadas a su biografía: Ludovico Sforza, Sandro Boticelli, Nicolás Maquiavelo, Lorenzo de Médici… Tras esta toma de contacto, el visitante tiene la oportunidad de admirar los códices y manuscritos que se han conservado de Leonardo, así como diversas reproducciones –físicas y virtuales– de máquinas basadas en sus diseños. Llama la atención el grado de detalle de las piezas expuestas y el cariño con el que están confeccionadas, un cariño, por cierto, que impregna toda la exhibición. Después, el módulo titulado El espejo del alma se centra en la obsesión del genio de barba blanca por la anatomía humana, un apropiado preámbulo a la inmersión audiovisual en su obra cumbre: La última cena.
La parte de la muestra instalada en el Palacio de las Alhajas culmina con un recorrido por los retratos del propio Leonardo. Y aquí nos aguarda una de las estrellas de la exposición: la Tavola Lucana, expuesta por primera vez en España.
En la segunda sede oficial, la Biblioteca Nacional, los protagonistas son los códices Madrid I y Madrid II. Reconstrucciones de ingenios ideados en esos manuscritos y del enorme caballo diseñado para Ludovico Sforza completan este fascinante viaje por el universo leonardino.